Encaramos la recta final de 2021. Prácticamente podemos decir que queda atrás la pandemia por COVID-19, al menos en España. Esta misma semana, se están relajando muchas de las restricciones impuestas.
Los confinamientos diversos, sin duda han hecho mella en las empresas. Si no en todas, en buena parte de ellas. Hemos visto como a la caída de las ventas, se ofrecía como solución fácil el endeudamiento con aval del ICO. Yo he sido el primero que en su día recomendé a mis clientes el acceso a este tipo de financiación. Después en casi todos los casos, recomendé la ampliación de plazos y carencias que se ofreció.
Y creo que eso ha sido lo correcto hasta ahora. Había que salvar la situación de falta de liquidez. No se puede permitir que un negocio viable tenga que cerrar por una falta circunstancial de ventas. Ahora avanzado 2021, las ventas están volviendo generalmente a niveles prepandemia. Podemos pensar, salvo indicaciones en contra de las autoridades sanitarias, que lo peor ya ha pasado, y que será muy difícil que volvamos a un confinamiento similar al de marzo de 2020.
Y, ¿ahora qué? En estos momentos nos estamos encontrando un alto grado de endeudamiento en las compañías. Evidentemente, este endeudamiento conlleva una importante carga financiera. Una carga que lastra y lastrará durante varios años las cuentas de resultados.
A nivel macroeconómico se está hablando de un repunte de la tasa de inflación. Habrá que esperar que se confirme en el futuro. Pero si este hecho se produce, la opción para proteger a la economía de la voracidad inflacionaria, será aumentar los tipos de interés.
Recapitulando, tenemos empresas muy endeudadas y un futuro próximo que apunta a una subida de los tipos de interés.
Después de más de un año luchando por la liquidez, ahora llega el momento de luchar por la rentabilidad. Si el coste de la deuda asumida se hace superior a la rentabilidad del negocio, este debería cerrar.
Revisemos nuestros planes de negocio, y donde hasta ahora buscábamos sólo liquidez, busquemos también rentabilidad.
Leo esto un 13/06/22. Premonitorio.
Esperable, más que nada… A ver cómo salimos de esta ahora